Inicio de la Mision 2010

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Esperando a los misioneros que se quedaron

martes, 10 de noviembre de 2009

Cristo Rey, Señor de Tabasco

Antecedentes

La Imagen del «Señor de Tabasco» representa a Nuestro Señor Jesucristo, coronado de espinas y las manos atadas delante. Cuando llegó a Tabasco, también se hizo símbolo del pueblo tabasqueño sufriendo las consecuencias de la persecución religiosa que ya había terminado; de modo especial, las manos atadas significaban la fe del pueblo que no podía manifestarse abiertamente.
El Sr. Obispo D. José del Valle y Navarro mandó fabricar la Imagen en Toluca. Llegó a Villahermosa por el río Grijalva, al «Paso del Macuilí», aproximadamente a las 15 horas, el día 4 de Abril de 1944 (Martes Santo). Un grupo de fieles lo condujo hasta la pequeña ermita de ceto con techo de guano (el jacalito), que entonces hacía las veces de Catedral.
El Señor Obispo presentó la Imagen al pueblo como EL SEÑOR Y REY DE TABASCO, Cristo Jesús, Dios hecho hombre, nuestro Redentor que bajó del cielo para salvarnos del pecado. Todo está contenido en el «Cántico al Señor de Tabasco».
Teniendo como centro a esta Imagen, el Sr. Obispo comenzó un plan para unificar la Diócesis. Organizó dos fiestas al año;
a) La del Buen Pastor, que en el calendario antiguo era el II Domingo de Pascua, y
b) La del último Domingo del Año Litúrgico.
Llevando la imagen peregrina, cantando y explicando el cántico y el Himno del Señor de Tabasco, se dedicó a evangelizar hasta el último rincón de la Diócesis. Promovió peregrinaciones a la catedral para rendir homenaje al Señor durante festividades anuales. La letra del cántico y del himno son del Pbro. José Barcenas, y la música de un sacerdote de Morelia.

Pbro. Manuel Jesús Criollo Medina




HIMNO AL SEÑOR DE TABASCO

TABASQUEÑOS, VENID PRESUROSOS,
TABASQUEÑOS, ALZAD VUESTRA VOZ,
Y AL SEÑOR DE TABASCO BENDITO,
ENTONEMOS UN HIMNO DE AMOR.

Entonemos piadosos un himno
fervoroso porque es para él
Cristo quiere reinar en nosotros
y Tabasco será su escabel.

Entonemos un himno glorioso,
donde vibre gozoso y triunfal,
nuestro afecto que quiere ser suyo
de una vez para siempre jamás.

La Chontalpa le adore ferviente
y los Ríos le ofrezcan su amor,
y la Sierra le aclame y le adore,
y en el Centro le llamen su Dios.

Tabasqueños venid en el gozo,
y en las horas de negro dolor,
el Señor de Tabasco nos llama
y su yugo es un yugo de amor.

El Señor de Tabasco nos ama
y en sus manos atadas está
el consuelo que el mundo nos niega,
y una dulce promesa de paz.

Pbro. José Barcenas

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